Quebranto: Profanar un lugar sagrado y entrar a él sin permiso

Hoy para mí es un día especial
pues saldré por la noche,
podré vivir lo que el mundo no está
cuando el sol ya se esconde.

(Raphael)

La identidad no es un destino sino una decisión
Jeffrey Weeks

Quebranto (2013) Dirigida por Roberto Fiesco. México.

Quebranto (Fiesco, 2013): la historia Fernando García antes, durante y después de que decidiera profanar “el lugar sagrado” de la identidad “mujer”, sin permiso y con mucha convicción, convirtiéndose en “Coral Bonelli”. La palabra «quebranto» hace referencia a violar una ley o no cumplir una obligación (RAE, 2017) y es, en este caso, la posibilidad de rebelarse ante las obligaciones impuestas, arbitrarias y rígidas como son las de género, violar la ley de la identidad binaria y no cumplir con la obligación de la heterosexualidad forzosa. “Quebranto” también significa “un punto de quiebre” donde la identidad que fue impuesta se interrumpe para que la otra, coherente con la vivencia subjetiva, vea y salga a la luz.

El documental de Fiesco (2013) representa la conmovedora historia de dos personas: Fernando García y la actriz Lilia Ortega, su madre, involucradas en el medio cinematográfico de la época de oro del cine mexicano y de toda la riqueza que ese periodo de la historia tuvo para México. Fernando García el Pinolito figuró en el cine de los setenta y compartió créditos con las actrices Katy Jurado y Sara García pero también sufrió las consecuencias del desmantelamiento de esa industria pública en los años ochenta —en nombre del libre mercado—.

El documental de Fiesco es la historia de vida de dos generaciones y un poco también la historia de la Ciudad de México en su condición de ciudad “trans”: transformada, transitada, transgredida. La ciudad de las paradojas, de la riqueza insultante y la ofensiva pobreza. La que se cayó en 1985 y volvió a nacer gracias al despertar de la sociedad civil y a pesar de sus gobiernos local y federal. Fernando y su madre fueron víctimas de esta catástrofe.

Era el sexenio de Miguel de la Madrid Hurtado. El país se encontraba en la peor crisis del México moderno por la caída en 1000% del peso frente al dólar, el desplome de la producción, la disminución del poder adquisitivo, el altísimo desempleo y desocupación que habían alcanzado niveles de riesgo social y político (De Fuentes, 2015).

Los nuevos gobernantes, orgullosos egresados de Economía en la Escuela de Chicago, concibieron e impusieron programas de “reajuste económico” que desarrollaron a costa de los más vulnerables. Se intentó renegociar la deuda y el Fondo Monetario Internacional (FMI) exigió como condición la aplicación de un plan de austeridad y la reducción del gasto público, así como la venta de empresas paraestatales y estatales.

El pago de intereses de la deuda externa provocó la desnacionalización de la economía, así que, casi inmediatamente después de tomar el poder, De la Madrid dio marcha atrás a la nacionalización bancaria efectuada por López Portillo en 1982. En este contexto encontró el terremoto a la Ciudad de México (ídem).
El primer hijo de Lilia, de tan sólo 17 años, falleció allí:

Estábamos en la casa. Estábamos dormidos y empezó el terremoto. Rápido nos salimos, pero apenas cruzamos la puerta ¡tras!, se cayó la casa. Él (mi hermano) quedó adentro, nosotros estábamos afuera. Murió de una fractura de cráneo, pero como de seis en columna. Cuando lo sacaron, ya parecía muñeco de trapo, se hacía de un lado para el otro (Coral).

En Quebranto, Coral y su madre le llevan serenata a Pedro a su tumba y, a propósito de su santo le cantan su canción favorita, “Maldito abismo”, en una clara alusión y también homenaje a la música de José Alfredo Jiménez y al marido de Lilia Ortega, el mariachi con el que se casó a los 13 años.

Los sismos destruyeron 3,600 viviendas. Hubo alrededor de 30,000 damnificados, 17,000 de ellos pernoctaban en albergues a cielo abierto y el resto fueron alojados por familiares (De Fuentes, 2015:10) pero el regente de la ciudad Ramón Aguirre Velázquez, lejos de dimensionar el problema, declaró que el país estaba preparado para salir de la emergencia y rechazó la ayuda internacional. Fue así como la negligencia del gobierno, la torpeza y la ambición de las compañías de maquinaria pesada, los medios de comunicación amañados y serviles al gobierno no permitieron que se desplegara todo el potencial para sacar de los cimientos a los mexicanos en desgracia. Cuando al fin, la sociedad civil demostró que el gobierno no podía rescatar a sus hermanos, se decretó estado de emergencia y se recibió apoyo del extranjero.
Nunca se supo el destino de esta ayuda, pero muchos testimonios aseguran que los beneficiados fueron sólo los funcionarios y sus allegados (Ibídem: 15).

En esta trama, producto de la violencia estructural y la corrupción, se contextualizan las escenas y testimonios de Quebranto, en las que se muestra dónde vivía la familia de Fernando cuando fue sorprendido imitando a Raphael: un cuarto que hacía las veces de baño, cocina, comedor, recámara, todo, como tantas otras casas-cuarto en México.

«Si no fuera feliz, no estuviera así ni me hubiera puesto chichis»

Quebranto es también un homenaje a Raphael, el canta autor español, porque gracias a su existencia y estilo, Coral se descubrió artista al mismo tiempo que tras, quebrantadora del orden de género hegemónico. Es un homenaje a la música de la década de los setenta; a Lucha Villa, a la Plaza de Garibaldi. Un documento que encarna parte de la memoria histórica de la Ciudad de México, las décadas de los años setenta, ochenta y noventa, y la historia de un niño que tiene grabada su infancia en más de 30 películas, así como su carrera a la luz de su transición identitaria.

Ser trans implica un movimiento hacia una identidad más coherente consigo, más sentida e implica enormes ganancias que ser lo que se quiere ser conlleva. Las palabras que las personas trans asocian con el proceso de asumirse como lo que son, frecuentemente representan posibilidades: libertad, liberación, autenticidad, la felicidad de ser coherente .

Pero también desaliento, aflicción y pena, porque implica el duelo de quien se deja ir, para encarnar a otra. Quebranto muestra a Coral mostrándose: en su casa, su vida íntima, dentro del dormitorio con su madre en cuyo alrededor se atropellan todo tipo de cosas; medicinas, pomadas, una radio, postales de la virgen, muñecos de todo tipo, bailarinas de vidrio con tutú, fotos de bailarines, santos, calendarios, grabadoras de casetes, películas VHS, perfumes, gel, cremas, Pepto Bismol, libros en estantes, payasitos, muñecos de peluche, peines y cepillos. Vemos el cuarto de su infancia, su azotea, las calles aledañas, su trabajo o mientras lava la ropa los fines de semana. La particular relación con su madre, sus logros, sus tristezas y también el balance que hace a posteriori de sus decisiones:

He hecho cosas que me han dado satisfacciones, así que por ese lado soy feliz. Y ahora como soy, realmente ahora, pues mucho más feliz, y me siento a gusto, si no fuera feliz, no estuviera así ni me hubiera puesto chichis […] pero soy feliz. La verdad (Coral).

En este tejido que es Quebranto, vamos conociendo la historia de este Raphaelito, a caballo con la historia de cómo se va identificando con figuras arquetípicas y descubriéndose, transformándose y reinventándose en ese camino único de autoconstruirse a sí misma. Como dice el director Jorge Fons al que Coral visita después de transicionar:

A mí me da gusto que los hombres hagan triples mortales y que tomen grandes decisiones, demuestran que los grandes cambios pueden venir para un hombre o para una sociedad, cambios radicales, cambios fundamentales. Cambios verdaderos.

Parece que no hay mayor expresión de que lo simbólico subsume a lo biológico, que el proceso bio psico social por el cual atraviesan las personas trans. Pinolito recibió este apodo, que funcionó de nombre artístico, cuando lo vieron cantar por primera vez, cuando lo nombraron pesando en un pino pequeño que echaría raíces fuertes y sería alto. Como su ideal, Rafael, Fernando empezó su carrera antes de los seis años haciendo que su infancia estuviera pautada por las películas que hizo, los actores con los que compartió la escena y los directores que le daban instrucciones que, por cierto y a pesar de que él las siguiera con obediencia ciega, se caracterizaban por ser bastante terribles: como la de dejarse golpear por otro niño con una piedra hasta sangrar en Fé, esperanza y caridad, (Alcoriza, 1974) o por la misma Katy Jurado que presumía de haberle golpeado con todas sus fuerzas para darle realidad a la escena.

No tengo problemas de estacionamiento: vivir en CDMX.

Quebranto también significa desaliento, decaimiento físico o moral y es que desde septiembre del 2016, México superó a Brasil en manifestaciones abiertas de trans y homofobia e incidencia de crímenes de odio. Así, pasamos del segundo, al primer lugar en asesinatos por homo y transfobia en el mundo. En 2015 la Comisión Ciudadana contra los Crímenes de Odio por Homofobia señaló datos que evidentemente están vinculados con el desaliento: de 1995 al 2014, se registraron mil 218 homicidios por homo/transfobia en el país y se estima que por cada caso reportado existen tres o cuatro más que no se denuncian; de dichos crímenes 226 se cometieron contra integrantes del colectivo trans (Pantoja, 2005).

A pesar de que en la Ciudad este colectivo logró derechos para hacer concordar su identidad de género con su sexo biológico, ésta ocupaba el primer lugar donde estos crímenes se cometían, seguido por el Estado de México. Hoy día la CDMX está obligada a concederle a cualquier persona que lo solicite actas de nacimiento nuevas y la primera parte del tratamiento (que es hormonal). Sin embargo, el proceso todavía tiene aristas importantes desde el punto de vista del biopoder.

Durante dos años las personas transexuales deben frecuentar sesiones de psicoterapia individual y en grupo, hacer análisis con regularidad, así como fonoterapia, someterse a varios tests psicológicos (el MMPI, el House Tree Person , el Rorscharch ) que los obligan a ir de tres a cuatro veces a la semana al hospital y los llenan de ansiedad (Hernández, 2016). Llegar a la cirugía es interpretado como si hubiesen aprobado los exámenes y para muchos de ellos significa que han conseguido demostrar que son mujeres de verdad (Hernández, 2016).

Pero ¿quién se ha adjudicado el derecho de distinguir lo verdadero y lo falso en el mundo del sexo y el género?

En Quebranto vemos a Coral y a su madre preparándose para ir a dar un paseo por la ciudad, ambas se untan maquillaje, sombras, labial y comparten con la audiencia cómplice la construcción de su personaje antes de salir a la calle. El público no puede más que cuestionarse sobre la “naturaleza” o “artificalidad” del ser mujer, más allá de la biología.

La noción de performance (representación teatral) emerge en el psicoanálisis cuando Rivière definió por primera vez la feminidad justamente como mascarada. En otra acepción performance de género es un conjunto de repeticiones ritualizadas que explican los procesos de socialización y de interiorización de normas (Preciado, 2012) a la manera de una representación en el teatro porque, como todo aprendizaje, la encarnación del género se consigue escenificando maneras de ser y hacer. Imitando a otros que funcionan como modelos. Ritualizando y sistemátizando actos, gestos, modos, estilos es como se hacen propios los recursos de lo que en el exterior se impone como ideal.

Se va aprendiendo a ser hombre o mujer con la improvisación de actitudes a partir de probar guiones de la mascarada que es ser femenino o masculino. Y de esto habla la película en voz de Lilia, la madre.

De pronto que sale “toda vestida de mujer, que ni se sabía pintar, ni sabía caminar, ni nada, y sale así completamente con alevosía […] me dijo: “Desde este momento, soy mujer, quieras tú o no quieras”. Y yo en el sillón, se me cerró así un círculo redondo que sentí que se me sumió, que no podía salir, sentí muy feo. No me quedaron palabras y entonces le dije yo: “Bueno, está bien”.

Y con estas palabras ella explica el proceso mediante el cual uno adviene mujer (De Beauvoir, 1981) aprendiendo a caminar, vestir, andar, a ser, tal como en una representación teatral. Este juego de máscaras en el que el rey de la fonomímica imita a Raphael, hace luego personajes en el cine, se vuelve Coral Bonelli y como ella imita a Lucha Reyes y nuevamente a Raphael (Maristain, 2014) es sólo una manifestación muy evidente del proceso por el que todos pasamos en el juego de personajes y máscaras, no solo genéricas, a partir de las cuales, somos.

La vida es rasposa (Jorge Fons)

Tristes van las estrellas, triste la luna,
triste, porque muy triste me ven llorar.
En esta noche, noche tan triste como ninguna,
como ninguna de las mil noches de mi penar.
MIGUEL MATAMOROS

Hay otro enorme problema de salud que afecta al colectivo de la diversidad: el suicidio. La definición de la RAE (2017) asegura que suicidarse es “quitarse la vida voluntariamente”, pero en muchos casos representa un homicidio indirecto que, aunque utiliza el cuerpo de la víctima para perpetrarlo, no es individualmente su responsabilidad. Nadie que tenga un medio social aceptante tiene la voluntad de quitarse la vida, como se ejemplifica en el caso de Juchitán donde los muxes, lejos de ser perseguidos gozan de protección social, capital simbólico y prestigio social (Caparrós, 2016).

Yo ya estaba como en una olla de frijoles a punto de explotar, ¿no? O haces eso, o te das chicharrón ¿no? Al hacer esto [convertirme en Coral] perdí unas cosas y gané otras: ser yo misma. De no haber hecho esto, yo creo que ya me hubiera matado, [por eso] no me arrepiento […] (Coral).

Sabemos que no hay nada enteramente biológico que determine las causas de muerte, ni siquiera en los casos donde hay como en el caso de Coral, un diagnóstico de enfermedad crónica como la diabetes. La Medicina Social ha demostrado que a pesar de que salud pública tienda a responsabilizar a los individuos de sus problemas de salud centrando su prevención en la promoción de estilos de vida saludables y el cambio de conductas individuales (Rojas-Rajs y Jarillo, 2013), la distribución, complicaciones y letalidad de los problemas de salud – desde la diabetes hasta el suiciodio- están determinadas socialmente (OMS, 2015) ¿Cómo saber, por ejemplo, qué calidad de vida tendría Coral si no fuera discriminada en los servicios de salud por su condición trans?

Los profesionales de la salud han demostrado ser los que más ejercen prácticas homo y transfóbicas: un estudio realizado por el Instituto Nacional de Salud Pública reveló que de 370 profesionales de la salud (131 hombres y 239 mujeres), una cuarta parte piensa que la homosexualidad es causa de sida en México, más del 25% dijo que no compartiría una casa con un homosexual y casi tres cuartas partes opinaron que las personas viviendo con VIH eran culpables de su condición (Conapred, 2010).

Hay personal médico y de enfermería que prefieren no tratar con personas del colectivo LGBTTTI y sus argumentos remiten a razones morales o a que son supuestos portadores de enfermedades contagiosas. Coral, que lleva ocho años conviviendo con la diabetes, es ejemplo.

Y aún con todo vemos cómo Coral lleva con percha y dignidad su modo de ser mujer. En parte tal vez por haber estado acompañada por otra mujer, su madre, que aceptó a su hija en transición incondicionalmente y siguiendo su propio criterio y sabiduría. Como madre hizo lo que actualmente se considera tendría que hacer cualquier tutor de una niña trans interesada en su salud mental: ofrecerle el contexto adecuado para que esta hija experimente el género con el que se siente ella. Ser el respaldo y la confirmación para trasmitirle que sus percepciones y elecciones sobre sí son válidas y sostenidas por su contexto, posibilitar las sinergias para trazar y gestionar su proyecto de vida, sus propios valores y deseos y la certeza de que su condición es tan válida como cualquier otra (Castañer, 2016).

Agarré la prostitución

Como casi todo en la vida de Coral, sus sufrimientos no expresan sólo una problemática individual sino una manifestación de las injusticias que aquejan a la comunidad trans. En este caso la exclusión y falta de garantía del derecho a un empleo digno y formal otorgado de acuerdo con sus habilidades y conocimientos: “Agarré la prostitución porque ¿quién me va a dar trabajo ahorita a los 48 años? si no sabes computación…, truenas; si no tienes la carrera terminada…, truenas. Si a los que tienen terminada la carrera no les dan trabajo, ¿una qué puede esperar?”

Gran parte de la población trans se encuentra desempleada y rechazada abiertamente por ser trans; suelen tener empleos precarios y su situación laboral es sumamente conflictiva: el conocimiento de su transexualidad es causa en muchos casos de acoso laboral por parte de los jefes, compañeros o clientes. En las oficinas dedicadas a gestionar recursos humanos no admiten cambios en el nombre, aun si éste ha ocurrido ya por corrección al acta de nacimiento o por reasignación sexual, por lo que muchas terminan ejerciendo la prostitución. Con frecuencia el uso de baños públicos se vuelve un tema en litigio, ya que se les obliga a acudir a los servicios equivocados (Conapred/CIDE, 2012).

Quebranto es un documento sobre una de las discriminaciones más evidentes y con mayores consecuencias en la vida práctica de cualquier persona, la que tiene relación con el mundo laboral, porque impacta todas las demás esferas. Jóvenes que no tienen trabajo porque carecen de experiencia y miles de adultos con experiencia, sin oportunidades porque tienen ya “demasiados años”:

Sí me da mucha tristeza que ahora de grande no le reconozcan nada, todo su trabajo, tantas películas que hizo, tanto que dejó a la ANDA y ahora tiene que ir a un médico de salubridad […] No tiene un trabajo seguro, no le pagan. Eso me da mucha tristeza (Lilia).

Ojalá llegue un día en que tener que ir a un médico de salubridad no sea sinónimo de tener servicios de salud precarios. Hoy en día: desmantelados, desfinanciados y olvidados por el Estado neoliberal, tener como única opción los hospitales públicos representa estar en riesgo de muerte.

Como si la situación de los sistemas públicos de seguridad social no fuera ya frágil, para este año el proyecto de presupuesto de egresos 2017 presentado por el ejecutivo contempla más recortes presupuestales para la Secretaría de Salud, esta vez por más de 10 mil millones de pesos. El rubro más afectado en el presupuesto es justamente el de “protección social en salud” que, de aprobarse el proyecto, sufrirá un recorte de 7 millones de pesos, lo que equivale a un decremento de 11.9% con respecto al año anterior y representa una oportunidad de entrada para el capital privado asegurador y de los grandes grupos hospitalarios para lucrar con los fondos públicos del sector (Pisanty, 2016).

Coral Bonelli simboliza la viva imagen de una persona que, habiendo podido ser “fuerte y alto” como un pino (Jorge Fons) se quedó truncada cuando fue y sigue siendo desestimada por la historia, no por falta de talento sino déficit de inteligencia de una lógica, que sigue priorizando ideas estereotipadas de género y de identidad por sobre el valor y la capacidad. Ojalá y como sueña en voz alta Jorge Fons, la imagen del cambio radical que dio Coral a su vida sea un ejemplo de que el mundo también puede permitirse cambios verdaderos, dignos de un “triple mortal”, pues sin este salto en el mundo no parece haber demasiada esperanza en el “ring”.

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