Una mirada al feminicidio, Mariana Berlanga

Editorial Ítaca / Universidad Autónoma de la Ciudad de México

Por: Andrea Angulo Menassé
¿Cómo hacer para estudiar, leer y escribir sobre feminicidio en México sin morir en el intento? Mariana Berlanga Gayón ha estado “auto sometida” a más de diez años de activismo e investigación en torno al feminicidio y ha vertido en el acto de escritura de este libro, todo lo aprendido. Lo que hace es convertir el horror en pregunta, en acto creativo, en acción estética. Este texto estudia lo imprescindible, lo que muchas de nosotras, a pesar de que nos duele, decidimos no mirar de cerca: ¿cómo representar la atrocidad sin reproducirla? ¿cómo escribir sobre feminicidio sin regodearse en el horror? ¿cuáles son las claves para una escritura comprometida y articulada que sirva para nombrar y visibilizar el horror, al tiempo que no lo repita?

Estos dilemas éticos que también son teóricos, epistemológicos y metodológicos los resuelve Mariana de una manera sutil e inteligente: convirtiendo las atrocidades en invitaciones a reflexionar; el libro es un sendero acompañado de grandes y buenas preguntas.

“Las mujeres en posición horizontal ¿cuántos disparos habrán recibido? No me refiero a los disparos de armas de fuego sino de las cámaras fotográficas ¿Cómo ubicar la frontera entre el espanto y la costumbre? ¿cómo “ver” el feminicidio más allá de nuestros marcos epistemológicos y de nuestra posición política?

Y si el problema tiene que ver con la mirada ¿quiénes son visibles y quiénes invisibles? ¿Cómo es eso de estar excluido del marco de visibilidad? ¿a quién miramos cuando miramos?

Mariana explora posibles respuestas a estas y muchas otros potentes cuestionamientos desde distintas fronteras disciplinares interesantísimas y pertinentes. Reflexiona desde su haber sido y ser periodista porque es la plataforma que le permite cuestionar la manera en que el feminicidio ha sido tradicionalmente presentado en la prensa, retratado, publicitado y adjetivado, de la mano de un extraordinario acompañamiento desde los estudios visuales y del análisis del discurso gráfico. La autora se hace de un buen abanico de herramientas, el feminismo como otro lente de análisis pero también la teoría cultural crítica, el pensamiento decolonial, las ciencias sociales, la historia de los movimientos sociales y así, transitando las fronteras con pausa y cuidado entre uno y otro campo de conocimiento, se logra leer desde la complejidad “las micro historias de macro dolor y resistencia” que ahí se exponen. Nadie diría que es un libro sólo sobre feminicidio. Es una propuesta académica muy seria sobre la mirada y la representación de la realidad, sus límites, alcances, aportaciones y las múltiples construcciones sociales de “la verdad”. Este texto es una crítica al pensamiento dicotómico porque en su desarrollo muestra en lo concreto, cómo hace una investigadora para resistir la tentación de caer en la lógica del blanco y el negro que divide a los buenos de los malos. Lo rico de las propuestas es que son respuestas planteadas como piezas de un rompecabezas no terminado donde el feminicidio es una y muchas cosas a la vez: una acción per formativa que se usa en diversos contextos para refrendar la masculinidad, un ritual  donde el cuerpo de la mujer deja de ser más que el vehículo para enviar un mensaje  a otro agente de poder, un objeto-pergamino donde otros se comunican a través de
su cuerpo- territorio.

Esta investigación trata sobre las mujeres asesinadas en Cd Juárez, México, pero  también sobre los cuerpos desechables que en el “espectáculo” de la violencia vemos  silenciar por cientos como una manera de imponer, a través de la pedagogía de la  crueldad, el pánico de decir, de hablar, de luchar y de no dejarnos derrotar. Es por tanto un ejemplo de análisis inteligente sobre la mirada en torno a las imágenes literales del feminicidio, donde frecuentemente la mujer aparece derrotada en el suelo mientras los hombres la observan erguidos “mientras investigan”.

Y es que si bien Mariana Berlanga toma Cd Juárez en México como objeto de estudio, no deja de ver e incluir la manera en que esta realidad se fue replicando en todo el país haciendo de los feminicidios un modelo de acción, una estrategia de comunicación en donde los cuerpos, por supuesto de mujeres pero a partir de “la guerra contra el narco” también y frecuentemente varones, jóvenes, estudiantes, niños y niñas o sea de todos los cuerpos subalternizados que se usan de pergamino para escribir sobre ellos con crueldad y saña, los mensajes que los grupos del narco estado diverso, buscan enviarse.

El capitulo cuatro que responde a la pulsión de plantear la contra cara vital y viral de la organización y la resistencia frente a la desesperanza y la brutalidad. Este último, pero denso y florido apartado, recupera los rituales y símbolos de la memoria individual y colectiva de las organizaciones de familiares que han buscado a sus hijas asesinadas, desaparecidas y han logrado vivir su duelo y dolor como un sufrimiento con dimensiones sociales y políticas.

En esta sección del texto se presentan fotografías que representan, reproducen y construyen la dignidad arrebatada, se exponen las estrategias de denuncia de las madres de las mujeres asesinadas, las abuelas de las plazas de México que como las argentinas, han buscado y logrado ser los brazos que cuidan y curan a los hijos huérfanos de estas mujeres borradas de la narrativa nacional. En la segunda parte del libro aparecen las familias luchando, las imágenes que honran la memoria y la integridad de estas mujeres, una vez recuperado su nombre propio y su sonrisa en las fotos que sus hijos y madres reparten en los espacios públicos y gritan a los medios de comunicación que se dignan a escuchar.

Finalmente, en la última parte del texto nos topamos con un ejercicio conmovedor de reflexividad donde la autora “revela” que durante este proceso de investigación-acción-participación se vio obligada por la vida a cuestionarse sus creencias más arraigadas. El libro que aquí presento no es solo esto, es muchas otras posibilidades de lectura como lo es cualquier texto inteligente, por lo que no queda más que agradecer a Mariana Berlanga por escribir tan profundo y serio libro.

@LNDiversidades

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